Movida Zadig en Venezuela - Cristina González de Garroni y Gustavo Zapata

  Como impulsores de la Movida Zadig Venezuela, saludamos con entusiasmo el lanzamiento del Blog La Movida en Venezuela, promovido y moderado por el Grupo Venezuela de la AMP, con el objetivo de llevar el psicoanálisis a la política, enmarcado en el Año Cero del Campo Freudiano y la invención por parte de Jacques Alain Miller de la Movida Zadig, la red política lacaniana.

  La incorporación a la red política lacaniana implica una serie de nuevas exigencias de orden analítico en el compromiso político de los psicoanalistas de la AMP, que se resumen en un requisito y un principio. El requisito es que para participar en la red Zadig, es preciso no tener militancia en fuerza política alguna. Ese requisito deriva de un principio enunciado por Jacques Alain Miller el 13 de mayo de 2017 en Madrid: “Para actuar en política, confiar en la autonomía del propio pensamiento es tan necesario como rebajar el nivel de las identificaciones y conseguir que cada cual se remita a su propia opinión”.  Es evidente que después del Debate Venezuela promovido por la AMP y la Jornada Extraordinaria El psicoanálisis y la libertad de la palabra, que resonó en todos los rincones del país del psicoanálisis, quedó aún mucho por hacer toda vez que la degradación de las condiciones de vida, del estado de derecho y de la democracia en Venezuela se ha ido acentuando aceleradamente, y se ha afirmado aparentemente el avance del totalitarismo del régimen chavista por encima del malestar y el sufrimiento de los ciudadanos.  Ante este estado de cosas, conviene no cejar en el empeño de hacer presente el psicoanálisis en la política.

  La actual coyuntura de nuestro país reclama esta nueva forma de implicación subjetiva del psicoanalista de orientación lacaniana en el horizonte de su época, en la medida en que se trata, no de hacer psicoanálisis de la política ni hacer política en el psicoanálisis, sino de llevar el acto analítico a la política. Es pasar de la Escuela como refugio, a la Escuela como base de operaciones desde donde incidir en lo social activamente, para hacer del psicoanálisis un actor efectivo e influyente en la política; es, si se quiere, una nueva iteración del analista ciudadano. Eso es más que escribir reflexiones y elaboraciones más o menos pertinentes, más o menos ingeniosas en un espacio de debate.

  Es, además de ese escenario restringido, hacerse presente en el espacio más amplio de la polis desde la posición esclarecida que implica Zadig (Zero abjection democratic international group), sin retroceder y sin hacer concesiones, que es precisamente lo que se espera de un psicoanalista. Es este el marco en el que se inscribe esta iniciativa del Grupo Venezuela de la AMP, y que esperamos sea el punto de partida (y de llegada) de la acción decidida de los psicoanalistas de orientación lacaniana en la tarea de llevar el psicoanálisis a la política.